La Ginebra de postal es un paraíso para los devotos de los viajes en busca de las mejores y más divertidas aventuras de la vida. Desde actividades de pasatiempo elegidas, como la navegación, la cata de vinos y la visita a museos, hasta los deportes extremos, la segunda ciudad más grande de Suiza parece haber sido creada para reconectar su lado amanerado con el travieso.
Los ginebrinos no tienen nada que envidiar a la dolce vita de sus vecinos italianos. En efecto, el verano es muy suave y tranquilo. Con el parque de La Grange, el parque de Eaux-vives o el parque de la Perle du Lac, los habitantes de la ciudad suiza tienen muchos espacios verdes en los que relajarse. Sin embargo, el lugar más popular para los visitantes es el famoso chorro de agua de 140 metros de altura en el lago.
Ginebra también tiene una rica historia que guarda muchos secretos. Es posible visitar numerosos museos para rastrear el pasado de la ciudad. Por ejemplo, el Museo Patek Philippe rinde homenaje a este diseñador de relojes de pulsera. Fue en la ciudad donde se desarrolló el primer reloj de pulsera en 1868. Este fue el comienzo de una larga historia de amor entre Suiza y los relojes de lujo.
La ciudad suiza está encajada entre las montañas al sur y el lago Lemán al norte, lo que limita el acceso por carretera. Sin embargo, las autopistas A40 y A41 proporcionan un acceso directo para aquellos que tengan una autocaravana de alquiler en Ginebra desde el sur. Al norte, la carretera europea E62 es la principal. Estas condiciones de acceso hacen que muchos visitantes prefieran utilizar el tren. Con sus 720 servicios diarios, la estación de tren de Ginebra-Cornavin es la tercera más grande de Suiza. El aeropuerto de Ginebra, por su parte, facilita el acceso a los viajeros de más lejos. Air France, British Airways y easyJet operan allí. Este aeropuerto tiene la ventaja añadida de ofrecer un enlace de transporte gratuito al centro de la ciudad para los pasajeros.
Ginebra y sus alrededores cuentan con varios campings para una estancia tranquila:
En la ciudad no faltan los aparcamientos, donde podrás dejar tu vehículo todo el día con total tranquilidad. En el centro de la ciudad, el Parking du Mont-Blanc cobra 2,90 € por hora. Además, el aparcamiento de Plaine de Plainpalais ofrece una tarifa progresiva. La primera hora sólo cuesta un franco (1 €), pero a medida que pasa el tiempo, las tarifas aumentan exponencialmente. Más lejos, los aparcamientos Mérin-Gravière y Etoile (Park & Ride) ofrecen la posibilidad de aparcar cerca de las líneas de transporte público. Una hora de aparcamiento cuesta una media de 1,75 €.
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